En una reciente conferencia de prensa, el Fiscal General de la República, Tarek William Saab, anunció con firmeza la identificación del supuesto responsable de una serie de ataques cibernéticos que, según él, han comprometido la seguridad y la estabilidad de las instituciones del Estado venezolano. El acusado: un hacker conocido en los círculos de ciberseguridad como «Astra».
Saab describió a «Astra» como un cibercriminal altamente peligroso, cuya acción supuestamente ha causado grandes daños a la infraestructura digital del país, incluyendo el robo de información sensible y la alteración de sistemas críticos. «Hemos identificado al responsable de estos atentados contra la soberanía de nuestra nación», afirmó Saab ante los medios, presentando documentos que, según él, respaldaban la vinculación del hacker con los ataques recientes.
El gobierno de Nicolás Maduro ha sido conocido por sus maniobras para desviar la atención y manipular la información, pero uno de los casos más curiosos fue cuando intentaron presentar al hacker griego conocido como «Astra» como un ciudadano chileno.
Sin embargo, la narrativa construida por Saab sufrió un revés significativo cuando se reveló un dato crucial que dejó al descubierto inconsistencias en su acusación. Según expertos en ciberseguridad consultados, «Astra», cuya identidad en realidad está relacionada con ataques cibernéticos en Europa, fue arrestado y detenido por las autoridades europeas hace más de un año, lo que hace imposible su implicación en los eventos recientes en Venezuela.
La detención de «Astra» fue ampliamente documentada por medios internacionales y confirmada por agencias de seguridad europeas, lo que pone en duda la veracidad de las acusaciones de Saab. Este detalle fue rápidamente expuesto por medios independientes y analistas en redes sociales, quienes señalaron que el gobierno venezolano podría estar utilizando un chivo expiatorio para desviar la atención de otros problemas internos.
El desliz ha generado una ola de críticas y escepticismo, tanto a nivel nacional como internacional. Varios expertos han cuestionado la capacidad del Ministerio Público venezolano para manejar casos de ciberseguridad con el rigor necesario, mientras que opositores políticos han señalado el incidente como un intento más del gobierno de Maduro para manipular la opinión pública y justificar acciones represivas.
Por ahora, la fiscalía no ha emitido comentarios adicionales para aclarar las contradicciones surgidas tras la revelación de este dato clave. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue atenta a los desarrollos en torno a este caso, que ha puesto en el centro de la atención la transparencia y la credibilidad de las instituciones venezolanas.
Astra es un alias usado por un hacker griego que fue arrestado en 2008 después de llevar a cabo una serie de ciberataques que afectaron a grandes corporaciones aeroespaciales y militares, incluyendo a Dassault Group. Se estima que sus actividades causaron pérdidas de más de 360 millones de dólares. Astra, cuyo verdadero nombre nunca se reveló oficialmente, operó durante casi cinco años antes de ser capturado.
La Maniobra de Maduro
En 2023, en un intento por desacreditar a la oposición venezolana y vincularla con actividades ilegales, el gobierno de Nicolás Maduro presentó a Astra como un «hacker chileno» supuestamente involucrado en conspiraciones contra el Estado venezolano. Esta afirmación fue parte de un discurso más amplio que buscaba justificar medidas represivas contra opositores y periodistas.
El gobierno de Maduro llegó a mostrar supuestos documentos y «evidencias» que apuntaban a Astra como un agente que trabajaba para intereses extranjeros, en este caso, Chile, con el objetivo de desestabilizar al gobierno venezolano. Sin embargo, la comunidad internacional y expertos en ciberseguridad desmintieron rápidamente estas afirmaciones, señalando que no había ninguna relación entre Astra y Chile.
Reacciones
La jugada fue ampliamente criticada por organizaciones de derechos humanos y periodistas, quienes la calificaron como una muestra más de las tácticas de desinformación y propaganda utilizadas por el régimen de Maduro. Esta acción también llevó a un aumento en la censura y persecución de voces críticas en el país.
Desenlace
Finalmente, la narrativa del «hacker chileno» no logró sostenerse frente al escrutinio internacional, y el caso quedó como otro ejemplo del uso de la desinformación por parte del gobierno de Maduro. Sin embargo, la situación sirvió como recordatorio del entorno altamente controlado y manipulador en el que operan los medios en Venezuela bajo el régimen actual.
Este incidente es un ejemplo claro de cómo los gobiernos autoritarios pueden intentar manipular la percepción pública y crear enemigos ficticios para justificar sus acciones represivas.