Desde que al llamado rey Midas de Hollywood Steven Spielberg se le ocurriera contar un thriller en el que el villano fuese una temible criatura marina (Tiburón, de 1975), la idea obsesionó a otros realizadores. Así llegó “Tiburón 2” en 1978, “Tiburón 3”, en 1983, por primera vez en 3D, y “Tiburón 4: La venganza”, en 1987. Más recientemente, se estrenó “Mar de Sangre”, de James Nunn, con otro grupo jovial que pretendía divertirse bajo el sol y no lo logró. ¿Qué tienen en común todas estas películas? El antagonista, el tiburón de turno que no tiene piedad en su hábitat natural. Si a este aspecto anterior se le sumara la historia de cinco amigas que se reencuentran para celebrar la boda de una de ellas en una playa de Manchester, el resultado será “Carnada” (su título original en inglés es “Something in the Water”), filme de la realizadora británica Hayley Easton Street, que Mundo D Película trae a la cartelera venezolana.
¿En qué se diferencia “Carnada” del resto de las películas en las que el antagonista es un tiburón? En que se mete en las profundidades no sólo las de mar sino de las mentes de sus protagonistas. En este caso de trata de cinco amigas: la introvertida Meg (Hiftu Quasem), la aguerrida Kayla (Natalie Mitson), quienes vienen de terminar una relación amorosa debido a un terrible incidente callejero, la irreverente Ruth (Ellouise Shakespeare-Hart), la valiente Cam (Nicole Rieko Setsuko), y la hilarante Lizzie (Lauren Lyle), quien está a punto de casarse y es quien las invita a este lugar paradisíaco en Manchester en el que, un día antes de la boda, deciden navegar a una isla desierta. Es allí donde comienza lo que se convierte en la peor de sus pesadillas: un tiburón las obliga a huir y las hace naufragar en medio del océano. Juntas deberán luchar no sólo contra los tiburones sino con la forma que tiene cada una de ellas de resolver semejante problema, de acuerdo a sus personalidades, talentos y visiones.
En una historia como esta convergen naturalmente los géneros acción, drama, comedia (en una dosis mínima) y, por supuesto, suspenso. Todos enlazados de alguna manera con eso que la industria ha bautizado como “cine de supervivencia”. La directora de la cinta, Hayley Easton Street, menciona que no quería hacer otra película sobre tiburones. Por ello, el filme toca temas inusuales dentro de este tipo de historias como la homofobia, el valor de la lealtad y la toma de conciencia ambiental y los combina con algo más esperado en estas situaciones límite de la ficción (y también del mundo real): el choque de personalidades. Los puntos de giro, los cambios, las sorpresas del guion son tan devastadores y conmovedores. Ideal para los amantes del género.